Descubre las cinco mejores playas para surfear en Canarias

Llega el verano, tiempo de coger el coche, tu tabla y conducir directo al destino que más te apetezca. Si eres de los que amas surfear, te estarás preguntando cuáles son las playas que ofrecen las mejores condiciones climáticas, los mejores servicios y la mayor diversión. Por ello, en Surfer Rule hemos hecho una lista con los sitios ideales para veranear en las Islas Canarias.

5.- Playa de Las Américas  (Tenerife)

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Si no te importa hacer planes de imprevisto y reservar a última hora, todavía estás a tiempo de disfrutar de la ola de Playa de las Américas, una de las más populares de las Canarias y de las mejores para practicar surf en el sur de la isla de Tenerife. De acuerdo con los expertos, esta ola de izquierda te ofrece una experiencia de dificultad media, y es ideal cuando el viento sopla de sur/sudeste. En sus mejores días las olas rompen perfectas. Su fondo es de roca volcánica.

Las Américas también está equipada con servicios como aparcamiento, duchas, aseos restaurantes, tiendas donde comprar equipamiento de surf y socorristas.

Por ser una zona tan atractiva, la gran mayoría de los hoteles se concentran en sus alrededores. Así que si te gusta la marcha, y logras alojarte en el sector, podrías disfrutar también de buenas discotecas, sitios de lounge y chill-out. Lugares exclusivos, con djs y la mejor música que atraen mucho turismo extranjero. Bares con música en directo abundan.

4.-Playa de Famara  (Lanzarote)

Si buscas un ambiente más tranquilo, los seis kilómetros de esta playa ubicada en el municipio Teguise, de Lanzarote, te darán olas perfectas para surfear este verano, en unas aguas poco masificadas, pero con bastantes visitantes.

Además de buen clima para practicar surf, windsurf y kitesurf, en Famara podrás vivir un paisaje excepcional a través de su marea baja que forma un espejo natural en la arena, reflejando el cielo en la tierra.

Las energías que te sobren tras danzar sobre las olas puedes invertirlas en disfrutar de las las Fiestas de La Caleta de Famara, en caso de que planifiques tu viaje para que coincida con esta celebración a desarrollarse del 20 al 28 de agosto.

Cabe destacar que en los últimos años, Famara se ha convertido en uno de los lugares preferidos por los surfistas de todo el mundo, por ser una mezcla multi-cultural en la que conviven turistas y nativos  en la llamada “Hawai de Europa”. En el pueblo puedes conseguir varios restaurantes, bares, terrazas y tiendas de alimentación, así cómo alquileres de bicicletas y de skate longboard, centro de entrenamiento, clases de yoga y pilates, y un centro de belleza y masajes.

3.- El Quemao (Lanzarote)

Nos quedamos en la misma isla de Lanzarote pero cambiamos de intensidad y de nivel. En El Quemao encontrarás un verdadero reto a superar a través de un pipeline perfecto que suele formarse en ambos sentidos, aunque los expertos consideran que la izquierda suele tener tubos más espectaculares.  Su playa se encuentra en la costa noroeste de la isla de Lanzarote, justo frente al pueblo de pescadores de La Santa. Aunque lo justo es reseñar que las mejores condiciones de El Quemao se dan entre los meses de octubre y marzo, es cierto que en verano podrás seguir disfrutando de un ambiente espectacular.

2.- El Confital. (Las Palmas de Gran Canaria)

Si quieres disfrutar de una playa semi-virgen, no dudes en volar hasta Las Palmas de Gran Canaria. Allí encontrarás El Confital, una playa donde predominan las mareas de nivel medio y alto y vientos de componente sureste. Los entendidos aseguran que se ha consagrado la mejor derecha de España, en incluso de Europa, en potencia y calidad. Es un reto para los surfistas con más experiencia  y se encuentra sobre un arrecife de lava que impone bastante. Las olas pueden alcanzar hasta cinco metros de altura.  Además de poder surfear en una de los mejores destinos, te encontrarás con es una hermosa playa de arena blanca que contrasta con las negras rocas, para brindar un paisaje espectacular.

Por si fuera poco, en El Confital se desarrollan las pruebas clasificatorias para el Campeonato Mundial del Surf profesional. Cuenta con servicios y un puesto permanente de la Cruz Roja que funciona todos los días durante los meses de verano de 11.30 a 18.30

1.- Los Lobos (Fuerteventura)

Cerramos este top 5 en la Isla de Los Lobos, un verdadero reto para los surfistas. Ubicada en Fuerteventura, un verdadero paraíso natural para los amantes del surf, con olas no tienen nada que envidiarle a las de clase mundial. Rompen rodeando la base de un antiguo volcán. Son derechas largas con varias sesiones, que cuando se conectan pueden proporcionar olas de hasta 500 metros de recorrido de pura adrenalina, sobre el arrecife poco profundo.

Los Lobos es un spot muy versátil y funciona con marea media y baja, y con vientos de Nordeste/Este/Sudeste. De acuerdo con algunas webs que han reseñado la actividad en la isla, no encontrarás nada más que el paisaje lunar y las olas así que debes prepararte bien. Intenta llevar todo lo necesario para pasar el día, como agua y comida y protector solar.

 

Aprende sobre la bomba de Hiroshima con esta aplicación

Una bomba atómica es tan atroz y sus consecuencias tan inimaginables que lo más seguro es que ignoremos la dimensión de un acontecimiento como este. Quizás la distancia geográfica y temporal nos alejen de uno de los dos únicos lanzamientos de armas de destrucción masiva sobre la humanidad: La caída del bomba de Hiroshima.

A 70 años de este acontecimiento, que marcó el cenit de la Segunda Guerra Mundial, Javier Martínez ha diseñado una aplicación con la que puedes empatizar con los seres humanos que murieron durante esta tragedia, y con aquellos que sobrevivieron pero que siguen sufriendo las consecuencias de la contaminación radioactiva.

Nukeblast simula la caída y explosión de una bomba nuclear en la zona donde vives para puedas entender en su justa dimensión lo que significa el estallido de un arma tan potente como esta.

La aplicación además, no solo es capaz de calcular los daños que una descarga como la de Hiroshima puede causar, sino que también puede proyectar en el mapa qué zonas podrían verse afectadas de detonar una ojiva de la actualidad.

Con la app también puedes hacer la simulación de las bombas de hoy, mucho más potentes, en la zona afectada de Japón para comparar la destrucción que ocasionaría con respecto a la causada en 1945.

Unas 140 mil personas murieron el 6 de agosto de este año. Más de 80 mil al instante y 60 mil en meses y años después.

De acuerdo con datos recogidos por el diario El Mundo, todavía quedan 15 mil bombas atómicas bajo el control de un puñado de naciones del planeta. ¿Qué piensas hacer al respecto?

Vive los detalles de la Batalla Naval de Vallecas

Caminaba en dirección al boulevard de Vallecas junto a mi chica, cuando vi a dos pequeñas con su padre en actitud sospechosa. Ambas estaban armadas. Como reflejo también empuñe mi pistola al tiempo que no perdía de vista de la más pequeña, quien se percibía mucho más hostil.

La situación empeoró al darme cuenta de que mi novia también necesitaría aprovisionarse de algún instrumento de defensa. A pocos metros del encuentro con las niñas, un guiño me hizo pensar que eran inofensivas. Bajaron sus armas, volteé para buscar un sitio donde encontrar el armamento que necesitábamos. Un chorro de agua fría en el abdomen acompañado de la carcajada traviesa de las niñas me hicieron reaccionar de la distracción y me dio la bienvenida a uno de los eventos más tradicionales del verano madrileño: La Batalla Naval de Vallecas.

Esquivando los ataques de los vecinos que soltaban verdaderos ríos desde sus balcones, llegamos a un establecimiento que tenía a unos punketos a pocos metros de su fachada, totalmente mojados, saciando su sed con todo menos con agua. Al entrar, una caja atravesada se ubicaba a mitad del local. Nos acercamos y vimos el verdadero arsenal que petaba el arcón de cartón: pistolas, rifles, bazucas, tubos, de todos los colores. Todo para mojar y para mojarse.

El tamaño puso el precio. Tras adquirir un arma mediana y regatear un poco, uno de los comerciantes asiáticos accedió a llenar la pistola de mi chica en el baño del fondo del típico abasto de “alimentación”. El chino se despidió con sorna disparando a sus piernas descubiertas.

Al salir, nos dimos cuenta de que unas cuantas gotas caían en el portal del comercio. Levanté la mirada. Vi que provenía del balcón del primer piso. Era una niña morena, rellenita, de pelo oscuro de unos 11 años que accionaba su pistolita contra todo el que pasara cerca de su territorio. Reaccioné contraatacando. A pesar de la altura, el arma respondió al causar la carcajada de la gordita que recibió un chorrito en la cara.

Ni los camareros de las terrazas de los bares aledaños al boulevard de Puente de Vallecas pudieron evitar ser presa de los mojadores más atrevidos. Vimos a una chica recoger las botellas vacías de una mesa, en la que se rociaban cinco chicos sin camisa mientras que escurría su camisa negra con la otra mano.

Durante la fiesta hubo rosas y espinas. Como la profesional de la hostelería que padeció un ataque indeseado,  muchas personas no tenían idea de lo que se estaba celebrando.

En la calle Arroyo del Olivar, se permitió el paso de un hombre mayor que necesitaba atravesar la vía con su coche. Uno de los participantes de la celebración pidió a los demás que detuvieran la marcha para que el vehículo pasara. Del otro lado de la calle, una chica armada con una super soaker hizo pagar la imprudencia del señor que viajaba con los vidrios abajo, mojándolo con su rifle de gran potencia.

No todo es color de rosa

La inocencia de los niños contrastó con el abuso de algunos borrachos que se extralimitaron al empapar con una botella de plástico a las chicas que caminaban cerca. Eso sí, con mucha malicia. Otros que se paseaban entre la multitud con equipos de fumigación capaces de expulsar el agua con mucha presión, confesaban que  apuntaban sus armas intencionalmente a los oídos de los participantes.

Sin embargo, los abusones no fueron los protagonistas del espectáculo. Pronto nos vimos envueltos en un río de gente que marchaba al compás de los tambores de las batucadas, cuyos miembros iban tocando sin importar que les cayesen litros de agua desde las ventanas de los vecinos.

En un momento, muchos se agolparon para coger el agua que una señora latina lanzaba desde el balcón de un segundo piso. Ya algunos habían agotado sus municiones y debían recargar a como diera lugar. Un tío nos sorprendió por ese camino, en una calle de Vallecas de la cual no pude saber su nombre a causa de la multitud. Bailaba con una botella de plastico de dos litros, totalmente abierta y llena de H2O. En pocos segundos empapó a más de un alma que disfrutaba de la juerga.

Pronto acabamos necesitando un descanso. Nos pusimos en un sitio apartado para coger sol y así secar un poco nuestras ropas. Caminamos alertas de los posibles ataques de todo el que iba armado. Un cruce de miradas cómplices podría iniciar una pequeña batalla de la que siempre se salió con buen rollo. El sonido nos empujó hacia la calle Payaso Fofo, que para la ocasión cambió su nombre a Paseo Marítimo de Vallecas.

Subimos a una loma ubicada en un área verde que marcaba la zona de calma. Muy pocos se limitaron a ser meros espectadores del evento. Personas con movilidad reducida, gente de la tercera edad y sobretodo niños vivieron el día como ningún otro. Sobre la altura de la pequeña cuesta, tuvimos la ubicación perfecta para observar la intensidad de la fiesta en ese sector.

Era el tramo final del trayecto, donde se concentraba la mayor parte de los asistentes. Unos camiones cisterna brillaban en la distancia mientras que los chapuzones iban y venían.

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La actividad tomó otro cariz cuando unos cuantos chicos descamisados saltaron sobre un charco de lodo, que se había formado frente a un camión que albergaba una discoteca móvil. Alrededor del barrial se formó un círculo vacío imaginario que los participantes evitaban por considerar la actividad bastante extrema.

La curiosidad nos movió a caminar hacia otro sistema de sonido instalado a pocos metros del primero. Tras pasar una cancha deportiva percibimos que la tregua reinaba en este espacio donde se vendía paella y bebidas alcohólicas. Escribo tregua y no paz porque la música (si así puede llamarse) era de lo menos apacible. Una mujer rubia y de pocos dientes en su boca bailaba desenfrenadamente con un par de hombres que vestían muy corto al ritmo del tecno que salía de los altavoces. Un niño gordito, moreno, de cabello corto, que al parecer estaba bajo su responsabilidad, mostraba signos de aburrimiento al demostrar que no quería estar allí, sino disfrutando de su pistola de agua con los demás pequeños.

De seguir en el lugar hubiésemos terminado drogados con la peste que pululaba en el ambiente.

Camino al metro pudimos ver los rastros de la batalla. Algunos borrachos no entendían que la fiesta había terminado y continuaban mojando a las personas que no participaban en la contienda. Uno de ellos, con una cerveza en una mano y una botella de agua en la otra, mojó con bastante mala educación a mi chica. Sé que el que va a Vallecas ese día, debe estar dispuesto a empaparse, pero hay límites, y ese hombre lo cruzó.

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Reflexiones

Tras la experiencia, una sensación agridulce invade mis pensamientos. La Batalla Naval de Vallecas es patrimonio de la ciudad. Peñas organizan la actividad para seguir la tradición iniciada en 1982. No voy a negar que ha sido una vivencia divertida e inolvidable que no distingue credo, raza, género ni condición social. Pero al recordar los caudales que desfilaban por las calles vallecanas no se me quita de la mente el montón de comunidades pobres de Venezuela que no tienen acceso al agua corriente. ¿Es justo que se derroche el agua cuando se acaba este recurso en el mundo?

Para terminar, debo declarar mi ignorancia sobre el tema de la politización de la Batalla Naval de Vallecas. Cuando asistimos, no teníamos idea de que dedicarían la jornada a la liberación de Alfonso Fernández, sujeto condenado a pasar cuatro años en prisión al ser detenido portando explosivos. Imagino que así como nosotros, cientos de las personas que se mojaron ese día, no lo hicieron por este delincuente, sino por el mero hecho de disfrutar.

La pertinencia de esta fiesta queda a juicio del lector. Por razones ambientales no participaría de nuevo. Quizás, para no quitar la ilusión a los niños, sería excelente que el Ayuntamiento fomentara una actividad similar más controlada solo para ellos. En cuanto al asunto político, dejar que un grupo, sea de la cual fuere, secuestre una actividad que ha surgido de manera espontánea y que lleva años practicándose puede ser bastante injusto.

¿Te imaginas que una empresa privada se atribuya la celebración de las fiestas de tu pueblo?

El western vuelve a la literatura con la serie El Susurro de las Cadenas

Lograr mantener al lector pegado a un libro digital a través de 250 páginas repletas de datos históricos, armas de fuego, dientes que vuelan, vaqueros e indios y la más cruda denuncia social parece muy difícil pero el joven escritor hispano-venezolano, Frank Calviño, lo ha logrado por medio de la primera novela de la serie El Susurro de las Cadenas, Bala Perdida.

La obra es el fruto del trabajo de más de tres años de investigación sobre la Guerra de Secesión Norteamericana, que más que un simple texto narrativo, es un relato lleno de imágenes que sumerge al lector en una gran historia. Algo tan bien narrado que podría llevarse al cine fácilmente, a pesar de que prácticamente todo se ha hecho ya en este género western.  

La novela aglutina un cúmulo de características que hace que merezca la pena invertir unas horas en devorarla: La universalidad de la temática, la narración a tres niveles diferentes, los excelentes símiles y la tensión drámática persistente en todo el texto empujan al lector a querer más.

Bala Perdida combina la tragedia de un país destruido y empobrecido por la barbarie de la guerra, con el drama de la esclavitud al sur de los Estados Unidos. Dos temas muy actuales, considerando el retroceso que ha sufrido el país de origen del escritor tras padecer décadas de miseria. Especialmente, los últimos 16 años, tiempo en el que se ha acabado con las libertades, en el que se ha potenciado la violencia, en el que millones han caído en la pobreza, en fin, en los que se ha dividido la familia venezolana en dos bandos: Los opresores (la élite gubernamental) y los oprimidos (el resto).

Volviendo al recuerdo de las barbaries del pasado, la historia se desarrolla en la ya inexistente frontera entre los Estados Confederados y la Unión.  Un crimen atroz, cometido en territorio  norteño, obligará al Marshall Matthew Craig, de Harkon Cutty, a perseguir las huellas del sospechoso cruzando la frontera hacia el Sur. Una misión suicida, pues Craig – un ex soldado de la Unión con un fuerte sentido de la justicia- capturar al individuo (un negro esclavo), al pueblo de Cutty, para ser juzgado en libertad y poder determinar su castigo.

El choque entre la justicia y la ley genera la tensión dramática de la que ya nos hemos referido. En el Sur los esclavos son propiedades que no pueden ser despojadas de sus dueños, por más que la justicia del Norte ofrezca a un ser humano el derecho a ser presentado ante un tribunal y demostrar o no su inocencia.

Se presentan entonces cuestiones universales que se nos han planteado a lo largo de la historia de la literatura. ¿Podemos escapar de nuestro destino? ¿Los males aumentan cuando los hombres buenos no hacen nada por detenerlos? ¿Tiene sentido la guerra? ¿Puede un país dividido progresar?

Quizás la lectura de la primera de tres entregas pueda abrir el camino a responder esas interrogantes que muchos se han hecho, en este tiempo y en el pasado.

Aunque no pretendo tener las respuestas, me tomo la libertad de invitar plenamente a empaparse de esta novela de rápida lectura que le dejará con tantas ganas, como me las ha dejado, de disfrutar del próximo capítulo de esta trilogía.

Crónica del nacimiento de una ventana a la libertad

Esperanza, sacrificio, solidaridad, lucha, democracia, Venezuela. Letras que de negro sobre blanco pintan solo palabras en contraste con el significado que han tomado la tarde del jueves en Ciudad de La Imagen de Madrid.

La siembra de la primera semilla de la cadena El Venezolano más allá del Atlántico ha sido motivo de celebración y encuentro. De muestras de apoyo de lo más alto de la sociedad española a una Venezuela muy golpeada por los embates de los últimos tiempos. De punto de encuentro de los connacionales que se encuentran en el exilio. De abrazos, de solidaridad y de unión.

Como todo nacimiento, el padre está inquieto pero sonriente. A un costado de la alfombra roja reflexiona mientras espera a los invitados de punta en blanco, con un elegante traje negro, camisa azul de cuello blanco, corbata roja y con “La Chinita” en el corazón.

Allí recibió a la recién posesionada Presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes; al Consejal del Ayuntamiento de Madrid por el PSOE, Antonio Miguel Carmona; al expresidente del Real Madrid, Ramón Calderón; al músico y empresario, Bertín Osborne,;al jefe de la sección de Opinión del diario ABC, Jaime González, y al compositor de gran parte del repertorio de José Luis Rodríguez “El Puma”, Chema Purón, entre otros miembros destacados de la sociedad española.

Los personajes se tomaron un par de minutos para dar la enhorabuena por la apertura de una nueva ventana para la expresión a través del micrófono del director de la TV, Noé Pernía, antes de ingresar a un recinto engalanado de celeste para la ocasión.

Ha dado gusto ver a uno de los luchadores de RCTV colaborando en la apertura de una nueva voz, volviendo a empuñar el micrófono que una vez tomó entre sus manos para informar oportunamente desde las calles de Venezuela.

La ola de calor que azotó la capital española durante la jornada se ha quedado pequeña frente a la afectuosa marea que han recibido otros invitados especiales, que no paran de luchar a pesar de estar alejados de su tierra caribeña.

El Secretario General de la MUD, Jesús “Chuo” Torrealba, se presentó en el acto con la sencillez y claridad que le caracterizan. El editor del diario El Nacional, Miguel Henrique Otero, celebró la presencia de un medio venezolano en Europa. Mitzy Capriles lamentó que su esposo el Alcalde Mayor de Caracas, Antonio Ledezma, no pudiese estar celebrando “el nacimiento de un eslabón para el retorno de las libertades” por estar preso injustamente en su casa.

Una pantalla de plasma cercana a una mesa alta y redonda para apoyar vasos, proyectaba las felicitaciones de compatriotas destacados en la vida política y artística a nivel internacional. Su presencia espiritual proyectada gracias a la magia de la televisión creó la ilusión de estar en aquella Venezuela de los años bonitos.

Oscar De León, Boris Izaguirre, Carlos Mata, Franklin Virgüez, Belén Marrero, Elba Escobar, Daniel Sarcos y Laureano Márquez llenaron el ambiente de buenas vibraciones a través de sus emotivos abrazos desde la distancia.

Llegada la hora, los padres del proyecto, la dama de protocolo y las invitadas de honor subieron a la tarima para hacer oficial lo que ya es un hecho: Cimentar la piedra fundacional de El Venezolano TV.

“La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad así como por la honra se puede y debe aventurar la vida, y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres” Un texto tomado de la Primera página del capítulo LVIII de la segunda parte de «Don Quijote de la Mancha», y que casualmente ha unido los discursos de la periodista y presentadora del evento Virginia Rodenas y de Mitzy Capriles de Ledezma.

De esa libertad escribía Cervantes. De la que se le viola a Leopoldo López por haber tenido el coraje de denunciar lo que muchos no se atreven. El alto costo de la vida, la escasez, la inseguridad, la corrupción, la miseria, la injusticia que hoy en día reinan junto a una élite chavista que no hace otra cosa que aferrarse al poder por medio de la censura, la represión y el enriquecimiento ilícito.

Lilian Tintori llegó al evento justo a tiempo. Subió a la tarima cuando era su turno para tomar la palabra. Lo hizo en nombre de su marido Leopoldo y de los millones que no tienen una voz hoy en día. “Este medio es la viva imagen del venezolano que tuvo que salir de su país para poder expresarse”, dijo antes de terminar sus palabras transmitiendo la misma Fuerza y Fe que insufla López a las almas de los oprimidos, con su tenacidad y sus oraciones, tras los barrotes de la cárcel militar de Ramo Verde.

Tras el discurso, la palabra fue dada al visionario del proyecto. El padre de El Venezolano TV se ajustó la imagen de Virgen de La Chiquinquirá que vestía al lado derecho de su chaqueta, y con un lenguaje próximo y carismático, digno del buen educador y comunicador que es, saludó con afecto a todos aquellos que fueron a demostrar su apoyo al proyecto. “Muchas gracias a los españoles por defender la democracia y brindar tanto espacio en sus medios al caso de nuestro país. El lunes comenzaremos con ocho horas de programación. Gracias a Dios y gracias a La Chinita, porque del pueblo donde yo vengo hay mucha devoción por la Virgen María”.

Aplausos, tapas típicas de la gastronomía española y austeras bebidas frías para mitigar el calor acompañaron la tertulia tras la formalidad.

Fuera del recinto donde estaba celebrándose el evento, muy cerca de un toldo verde junto a los trabajadores de la productora, uno de los socios de El Venezolano disfrutaba de un cigarro, cuya colilla estaba planificando guardar dentro de su americana “por razones ecológicas”. Íñigo Núñez, hombre de palabras concisas, mató la curiosidad de este periodista quien en un momento de descuido lo abordó para preguntarle “¿Por qué un español decide invertir en una iniciativa como esta?”.

Todavía entre risas por la anécdota del tabaco, Núñez dio una explicación digna de dejarla plasmada en este texto. “Siento aprecio por Oswaldo Núñez y su equipo. Nos conocimos en Panamá y desde ese día comenzamos a planificar. La pregunta sería ¿Por qué no invertir en una iniciativa como esta? Es una causa noble que ofrece una voz a los venezolanos que viven en España y también a los venezolanos que están en Venezuela. Además, brinda la oportunidad a los españoles de conocer la realidad de ese país a los que no tienen mucho conocimiento sobre el tema. Será un espacio compartido, sin censura, de libertad. Voces así son las que hacen que la sociedad avance”.

El anhelo de un cambio verdadero

La esperanza del retorno de la democracia, que quedó reflejada en las palabras de invitados a la gala, se ubicaba en un rincón de la nave pegado a la tarima, muy lejos de los micrófonos que lo acechan en Venezuela. “Chuo Torrealba” conversaba con un grupo pequeño de curiosos.

“Tenemos el método para resguardar los votos en las próximas elecciones. Esta vez no harán trampas porque es muy difícil ocultar una montaña de voluntades. La imparcialidad del CNE quedó demostrada con la medida que han tomado esta semana, con respecto a la proporcionalidad de las candidaturas determinadas por el sexo. Ahora es mucho más fácil explicar en el exterior que el árbitro cambió las reglas del juego en el segundo tiempo. Además,  hay miles de mujeres en Venezuela comprometidas con hacer un buen trabajo en el Parlamento. Así que más que jugar en nuestra contra, la medida nos ha fortalecido”, se pudo escuchar al máximo dirigente de la MUD, quien entre la conversa defendió su tesis de autogestión de las zonas populares, tan presente en su antiguo programa de televisión, El Radar De Los Barrios.

Al otro extremo de la estructura reposaba sobre una silla el padre de la criatura, Oswaldo Muñoz. Con su “Chinita” en el pecho, quedó solo entre tanta multitud. En su silencio, probablemente reflexionaba sobre lo que ese día estaba ocurriendo.

Si no lo hemos asimilado todavía, con la inauguración de El Venezolano se está escribiendo capítulo más en la historia del periodismo venezolano. ¡Felicidades!

La cebada de mi barrio

El paso de la estación de La Latina a la Puerta de Toledo se interrumpe por un imán. Un campo de atracción tan grande que obliga a ver a diario a través de sus mirillas circulares que emulan un visor de escafandra. Se ve libertad. Hay chicos jugando al baloncesto en una cancha olvidada por Dios. Otros rodean el campo con sus bicicletas oxidadas. A la memoria viene el típico barrio bajo caraqueño, cuando unas chicas dominicanas que boxean con el pelo suelto bajo el sol veraniego de Madrid irrumpen en el paisaje. Sus guantes amarillo y rosa resaltan sobre la piel morena y tostada que unos shorts cortos y ajustados exponen a la mirada de sus compatriotas adolescentes.

El hedor del hachis inunda los 2500 metros cuadrados de un solar público gestionado por todos y por nadie.

Un hombre alto y moreno, vestido de camiseta sin mangas de color blanco y unos vaqueros desteñidos, tararea una bachata mientras desmenuza un trozo de marihuana que le da a una chica que no debe pasar los 15 años. – Gracias, me has salvado la vida. Ya te pagaré- le responde con una sonrisa, mientras se sienta en una de las sillas destartaladas del centro, bajo la sombra de una estructura premiada en la XII Bienal Española de Arquitectura y Urbanismo, para liarse un porro a plena luz del día.

Al otro extremo del campo, rodeados de grafitis, se reúnen decenas de chicos bajo un domo construido con materiales de reciclaje. Sobre un escenario no muy alto de tablas raídas, seis chicas vestidas de verde oliva, botas negras y gorra simulan una marcha militar cantando a viva voz “venganza contra los facistas”.

La chiquillada sonríe mientras que un turista, de bermuda corta y acento inglés, compra cerveza a un indio que se pasea con una bolsa de plástico ofreciendo su producto alrededor de los grupos que se sientan a charlar, a fumar o a beber alcohol.

Muy cerca del sitio, se hace una cola tremenda para que los que ya saciaron su sed con la espumosa descarguen su vejiga en una letrina improvisada, cuyas inmundicias van a ninguna parte.

¿Cómo es posible que un espacio público ubicado en el centro de una de las ciudades más emblemáticas de Europa se halle en estas condiciones?

En 2009, el entonces Alcalde de la ciudad Alberto Ruiz-Gallardón, decidió tirar un edificio que albergaba una piscina cubierta y un polideportivo para remodelarlo y reconstruirlo. Una vez acabado el presupuesto para la demolición, que también comprendía el derribo del parking y el mercado adyacente, la obra se paralizó.

Algunos vecinos presionaron al Ayuntamiento para ocupar el espacio desierto, cuyas autoridades terminaron cediendo el terreno “temporalmente” a la Federación Regional de Asociaciones de Vecinos de Madrid por medio de un decreto.

A falta de autoridades: autogestión

Desde la apertura de este recinto las paredes se han llenado progresivamente de pintas. La música, el desorden y los porros son las reinas del lugar. La venta de comida y cerveza, con su obvia evasión de impuestos, nutren las arcas de este terreno olvidado.

Aunque teóricamente el campo está autogestionado y cualquiera puede participar de las asambleas vecinales que se realizan todos los lunes, un comité se ha adueñado de la organización de los eventos en el lugar. El hecho se puede comprobar cada domingo durante una actividad denominada “Cantamañanas”, donde en teoría cualquiera puede expresarse en un micrófono abierto pero la realidad es otra. La participación depende de los instrumentos musicales a utilizarse y del tiempo que los mismos organizadores tienen para ofrecer. La percusión y el bajo están prohibidos por los decibelios.

Muchas veces han desconectado el sonido cuando un artista está en medio de su presentación. Eso sí, el dinero recaudado por la venta de alcohol, de comida y de los espectáculos es para unos pocos. Quizás por esa razón las caras de un pequeño grupo de cantautores son las que siempre ven en las jornadas matutinas desde hace cinco años.

Un platillo, un cajón y un bajo eléctrico resaltaban la tarde de un domingo en la calle Toledo. El sonido salía de uno de los extremos del campo, donde un grupo musical se saltaba la supuesta prohibición. “Ellos son reconocidos, por eso pueden tocar. Es un lujo tenerlos aquí y por eso se han saltado las reglas”, ha dicho Jonkar, uno de los dos coordinadores de la plataforma de artistas del recinto, tras aclarar que si quieres ser “dignificado” con el dinero recogido después de las presentaciones, debes “involucrarte” más en el movimiento.

El Campo De La Cebada no solo sirve de escenario la música y el teatro. Una de las caras que se ve domingo a domingo en las tablas de este espacio es la de Pedro Herrero, quien figura como el otro director de la plataforma de artistas del colectivo. De hecho,ha participado en un coloquio impulsado por “El Círculo de Podemos” del Campo De La Cebada, organización de la cual también forma parte.

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Otro teatro, esta vez el político ha sido el verdadero protagonista en estos días entre de las gradas autoconstruidas a base de chatarra de este centro. La hoy alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, realizó varios de sus mítines más emblemáticos en los escenarios del campo, empleando la logística y los recursos de esta maquinaria “cultural” bien aceitada.

Aunque Herrero asegura que cualquier organización política puede convocar una actividad en la plaza, que en teoría es pública, su aprobación pasa por el tamiz de una “asamblea popular”, la cual no tiene una estructura electoral. “El PSOE ha hecho torneos de baloncesto aquí. Una vez el Partido Humanista quiso hacer una actividad, pero un grupo de la asamblea se mostró muy contrario a la idea de que viniesen aquí, por lo que los rechazamos. El grupo alegaba que los humanistas eran una secta pero yo creo que nosotros también corremos el riesgo de convertirnos en una, si nos cerramos”

En cuanto a la venta de cerveza por parte de los «indios» que resultaron ser bangladesíes, Herrero aseguró que los que comercian con el alcohol son parte de una estructura delictiva que ha impuesto un sistema de semiesclavitud. “Ellos deben comprar su libertad vendiendo. Una vez les negamos la entrada y aquí llegaron 40 con una actitud muy hostil”.

Durante la entrevista, el teléfono móvil de Herrero no paraba de sonar. Las quejas de los vecinos iban en aumento mientras avanzaba la noche del domingo. Ya eran las 11 pasadas y no había esperanza de que el espectáculo terminara pronto. «El carácter libertario del campo, lo hace muy dificil de controlar»

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Un nido de ratas

“Eso es un nido de ratas. Es un nido de ratas, perjudica a la hostelería, ya que ahí venden cerveza de forma ilegal. Igual que a mí me exigen legalizar mi local todo tendría que estar de igual manera. Yo estuve en la asamblea de vecinos que lo gestionaban y me aparté porque me di cuenta de lo que era realmente” El testimonio de uno de los hosteleros que labora en los alrededores del campo recogido por un bloguero que ha hecho una investigación previa sobre este fenómeno cultural.

Cabe resaltar que la venta callejera de productos alimentarios sin autorización está prohibida por la Ordenanza Municipal de Venta Ambulante. Según esta norma, se considera una infracción grave «instalar puestos o ejercer la actividad sin autorización municipal». En estos casos, la multa puede ir de 150,26 a 1.202,02 euros.

¿Qué dice la policía?

En una esquina de la plaza El Cascorro, a pocos metros del campo, una pareja de la Policía Municipal hace su ronda de vigilancia durante una jornada más del mercado de El Rastro. La oportunidad de aclarar las dudas sobre el campo fue saciada muy amablemente por uno de los funcionarios.  “Al ser un sitio público podemos entrar. Aunque no parezca, tenemos presencia policial en el lugar a través del servicio encubierto. Para hacer un operativo, debe haber una denuncia para poder detener a los sujetos que estén cometiendo un delito. Los ciudadanos pueden llamar al 112 para indicarnos de manera anónima el delito y las características del sospechoso”.

¿Qué dice el Ayuntamiento?

De acuerdo con el decreto de concesión, las autoridades pueden intervenir el terreno cuando mejor les parezca. Sorprende que no se haya hecho, ya que la «estancia» del grupo que administra el campo ha violado todas las normas firmadas por el Subdirector General de Régimen Jurídico del Patrimonio del Inventario del Ayuntamiento de Madrid, José María Bautista.

En principio, el Ayuntamiento cedió este terreno en 2011 durante un año, prorrogable a otro más. Obviamente ha pasado mucho más tiempo y la realidad del campo es la misma. Por otro lado, se supone que no se deberían haber hecho modificaciones en el terreno sin notificar al Ayuntamiento y los administradores del mismo deben «comprometerse a responder por los daños que sufra el inmueble».

La Cebada tiene su historia. Ha pasado de ser un cementerio árabe, a un sitio donde los labriegos vendían la cebada y depositaban las limosnas para la Vírgen de la Almudena. En un tiempo fue un lugar de intercambio comercial. También albergó la exposición de las innovaciones de Madrid en el siglo XVI. Decenas de personas murieron en este terreno al ser ejecutadas públicamente donde hoy centenares de chavales tratan de hacer deporte frente a vendedores de cerveza y de droga. Los que en la actualidad manejan el espacio, siete colectivos diferentes, estarán ejerciendo labores del Estado hasta que el Ayuntamiento de Madrid reconstruya el polideportivo que una vez derribó.

Este periodista independiente trató de conseguir una respuesta por parte del Ayuntamiento sobre este tema. Cuando sea recibida, actualizaremos el post.